sábado, 24 de diciembre de 2011

Del siglo XIX.

Eres el resumen de una pequeña obra pictórica convertida en un breve escrito literario. A mi entender, como una extraña y pequeña muestra de arte. Una extranjera e inocente obra de arte perdida en un mundo que carece de color. Quizá un mundo sabio pero falto de comprensión.
Cómo el consejo para muchos y el alimento para otros, eres para mí, una poética impresión de sensible emoción. Una canción de estrofas ilimitadas, un escrito sin espacios infinitos, y un cuadro de rigurosa pincelada desmesurada.
Hoy eres la luz del amanecer, y mañana serás el del atardecer o quizá el del anochecer, pero aun así, y aunque desde lejos, siempre te observo, en silencio, y te escucho si me hablas al pasar

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Con sabor a despedida.

Correré tras de ti y te alcanzaré, te miraré, te abrazaré y juntando nuestras manos te susurraré al oído que aunque me marche, siempre quedaran esas pequeñas cosas que no cambian, que permanecen al alcance de nuestros dedos, sin evaporarse, que con sólo sentirlas sabremos que van a estar ahí durante el resto de nuestros días, que van a ser nuestras, sólo nuestras y de nadie más, que la lluvia es preciosa estemos bajo ella mojándonos o detrás de una ventana observándola caer, que el viento es sincero cuando roba mis palabras, y que el mar es fiel aunque reduzca en recuerdos los sueños donde en él escribimos sin recelo.

Números.

Porqué en el fondo, un número nos etiqueta. Y es que sólo sabemos enumerar y recordar las cosas por como fueron, visualizando un triste número. Eso, un triste número el que muchas veces nos habla y nos discute.

sábado, 17 de diciembre de 2011


Es la melodía, la nostalgia, el aroma del silencio, el color de la serenidad y la textura de la calma.
Uno, dos, tres…, los que necesite hasta que su cuerpo deje de pedir más.
Es de madrugada y la música aun sigue en reproducción. Ignora las miradas, evita murmullos y sumado entre la multitud olvida cuanto exija olvidar. Es el susurro de sus días. El apoyo en toda situación. El alivio al despertar. El amante en quien confiar. Quien anima a continuar. Quien espera antes de acabar. Quien comparte en libertad. Cómplice en conversar. Fiel amigo en compartir.Una pausa entre tantas, una meta a lograr, un suspiro sin aire, un vicio que abonar.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Momentos como estos en días claros como aquellos. Y volver a soñar y volver a saltar. Volver a respirar el oxigeno que tanto nos falta. Sin madrugones, sin preocupaciones sin ninguna inquietud más que en la de pensar en que hay que empezar a vivir y a existir.

Momentos como esos. Momentos como los que siempre hemos recordado.

Son las pequeñas cosas que no ves, los imperceptibles dotes que no entiendes.