sábado, 24 de diciembre de 2011

Con sabor a despedida.

Correré tras de ti y te alcanzaré, te miraré, te abrazaré y juntando nuestras manos te susurraré al oído que aunque me marche, siempre quedaran esas pequeñas cosas que no cambian, que permanecen al alcance de nuestros dedos, sin evaporarse, que con sólo sentirlas sabremos que van a estar ahí durante el resto de nuestros días, que van a ser nuestras, sólo nuestras y de nadie más, que la lluvia es preciosa estemos bajo ella mojándonos o detrás de una ventana observándola caer, que el viento es sincero cuando roba mis palabras, y que el mar es fiel aunque reduzca en recuerdos los sueños donde en él escribimos sin recelo.

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