sábado, 24 de diciembre de 2011

Del siglo XIX.

Eres el resumen de una pequeña obra pictórica convertida en un breve escrito literario. A mi entender, como una extraña y pequeña muestra de arte. Una extranjera e inocente obra de arte perdida en un mundo que carece de color. Quizá un mundo sabio pero falto de comprensión.
Cómo el consejo para muchos y el alimento para otros, eres para mí, una poética impresión de sensible emoción. Una canción de estrofas ilimitadas, un escrito sin espacios infinitos, y un cuadro de rigurosa pincelada desmesurada.
Hoy eres la luz del amanecer, y mañana serás el del atardecer o quizá el del anochecer, pero aun así, y aunque desde lejos, siempre te observo, en silencio, y te escucho si me hablas al pasar

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